El sociólogo Zygmunt Bauman alertó hace tiempo sobre las relaciones vacías de la “sociedad líquida”.
El ser humano opta cada vez más por no solidificar las relaciones, no materializarlas ni mantenerlas.
Algunos expertos insinúan que hay mucho temor al compromiso y se quiere estar allí sin darse cuenta del todo.
Otros afirman que, además de eso, aún estamos en una dura transición hacia unas nuevas relaciones de pareja.
En efecto la mujer de hoy cada día sale más de la sumisión y del papel de mujer casera o de muñeca bonita.
Algunos, es cierto, aún no se ubican en un nuevo papel, y los hombres andan asustados ante una mujer que desconocen.
La “sociedad sólida” se desvanece y, por ahora, es un líquido inestable, indefinido e incierto.
Es un molde que pide nuevas actitudes porque el marco tradicional de la pareja ya no sirve, se volvió obsoleto.
El porcentaje de hombres norteamericanos que se casarían con la misma mujer si lo tuvieran que hacer otra vez: 80%.
Porcentaje de mujeres norteamericanas que se casarían con el mismo hombre si lo tuvieran que hacer otra vez: 50%.
La diferencia entre ellas y ellos es bien notoria y refleja algo que los lectores pueden deducir.
Se pueden hacer muchas lecturas sobre esto y es posible que lo que alguien ve como negativo, otro lo juzgue positivo.
Unas parejas vieron esos datos y un hombre dijo: “Es que las mujeres son más complicadas y exigentes”.
Pero una mujer exclamó: “El hombre va en coche y no nota que a la mujer le toca lo más duro, por eso ellas quiere algo mejor” .
Lo cierto es que las relaciones de pareja necesitan cambios y ajustes porque ya no es como antes.
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