- Viejos amigos
para conversar.
- Leña vieja para
calentarse.
- Viejos vinos
para beber.
- Viejos libros
para leer.
El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un
pacto honrado con la soledad.
¡Envejece conmigo!
Lo mejor está aún por llegar
Envejecer es como escalar una gran montaña: mientras se
sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y
serena.
Los primeros cuarenta años de vida nos dan el texto; los
treinta siguientes, el comentario.
Los viejos desconfían de la juventud porque han sido
jóvenes.
Cuando me dicen que soy demasiado viejo para hacer una
cosa, procuro hacerla enseguida.
El
arte de envejecer es el arte de conservar alguna esperanza.
La vejez es un tirano que prohíbe, bajo pena de muerte,
todos los placeres de la juventud.
A
los viejos les gusta dar buenos consejos, para consolarse de no poder dar malos
ejemplos.
Las arrugas del espíritu nos hacen más viejos que las de
la cara.
Envejecer
es todavía el único medio que se ha encontrado para vivir mucho tiempo.
Nadie es tan viejo que no pueda vivir un año más, ni tan
mozo que hoy no pudiese morir.
Todos deseamos llegar a viejos y todos negamos que
hayamos llegado.
Si
quieres ser viejo mucho tiempo, hazte viejo pronto.
Cuando uno se hace viejo, gusta más releer que leer.
En
la boca del viejo todo lo bueno fue y todo lo malo es.
Nada nos envejece tanto como la muerte de aquellos que
conocimos durante la infancia.
El
joven conoce las reglas, pero el viejo las excepciones.
La vejez comienza cuando el recuerdo es más fuerte que la
esperanza.
En la juventud aprendemos, en la vejez entendemos.
La madurez del hombre es haber recobrado la serenidad con
la que jugábamos cuando éramos niños.
El viejo no puede hacer lo que hace un joven; pero lo que
hace es mejor.
Se
necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar.
Los árboles más viejos dan los frutos más dulces.
Los que en realidad aman la vida son aquellos que están
envejeciendo.
Cuando
seas viejo en la carne, sé joven en el alma.
La vejez existe cuando se empieza a decir: nunca me he
sentido tan joven.
La
vejez nos arrebata lo que hemos heredado y nos da lo que hemos merecido.
Temía hacerme viejo, hasta que comprendí que ganaba
sabiduría día a día.
Un hombre no es viejo hasta que comienza a quejarse en
vez de soñar.
Un hombre no envejece cuando se le arruga la piel, sino
cuando se arrugan sus sueños y sus esperanzas.
Viejo es quien considera que su tarea está cumplida. El
que se levanta sin metas y se acuesta sin esperanzas.
Viejo
es quien termina de leer todos estos proverbios, y no se acuerda de ninguno.
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