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MITOS SOBRE LOS ALIMENTOS QUE ENGORDAN


1. Los hidratos de carbono por la noche son malos: es falso que la pasta, el arroz, el pan, las legumbres las papas no se puedan consumir por la noche. “Lo único que nos hace ganar peso es excedernos de nuestras necesidades energéticas diarias”.
Probablemente, un plato de pasta para cenar sea demasiado, pero se pueden utilizar como acompañamiento, lo que facilita hacer varias recetas como combinar pescado al horno con verduras y una papa; o una minestrone con pasta y una tortilla, o unas verduras a la plancha con una hamburguesa de legumbre.
Los hidratos de carbono complejos reducen los niveles de ansiedad, con lo que si se eliminan ésta aumentaría. Así que se pueden consumir incluso cuando se pretende perder peso, sólo hay que controlar las raciones.

2. Tomar agua durante la comida engorda: Este es otro de los grandes mitos que no tiene sustento, pues el agua no aporta calorías, por lo tanto, no engorda.
En torno a la ingesta de agua también existen muchas teorías que van sobre si lo recomendable es beber dos litros de agua al día o si es mejor tomar un gran vaso de agua en ayunas para limpiar el estómago.
Lo de los dos litros es relativo pues, si se lleva una dieta saludable y se consumen las cantidades adecuadas de frutas y verduras, éstas ya aportan líquido, así que se puede beber algo menos agua.

3. Los lácteos y la leche tampoco son buenos en la noche: La leche hace que la absorción de las vitaminas sea más lenta, por eso se recomienda tomar jugo de frutas en ayunas.
Es habitual que la gente que no consume leche justifique que, tras la lactancia, ningún mamífero lo hace. No pasa nada si se bebe leche siempre y cuando se compense el aporte de calcio haciendo una selección correcta de alimentos que lo contenga.

4. La fruta nunca como postre: Se puede consumir una ración de fruta como postre sin miedo a engordar. Es verdad que por su efecto saciante en una dieta para perder peso se utilizan para comer entre horas, pero no es porque hagan adelgazar.
También en torno a las frutas existe una creencia muy extendida y que tampoco es cierta: la de que los bananos no son aptos para los diabéticos. Todas las frutas y alimentos naturales, las legumbres, el arroz, verduras, pan, aceite son aptos para estos pacientes. Lo que deben controlar son las raciones.
Una ración diabética recomendada equivale a consumir 150 gramos de melón, sandía o fresas; 100 gramos de manzana, pera o melón, o 50 gramos de plátano, uvas o higo.

5. Consumir huevos no es sano y aumenta el colesterol: Lo que aumenta el colesterol son las grasas saturadas, que también están en las carnes, los lácteos enteros y la repostería.
Si se tiene un nivel de colesterol alto es porque se abusa no solo de los huevos, sino de las grasas, los fritos, se ingiere poco pescado, fibra y se tiene una vida sedentaria.

6. Las lentejas, gran fuente de hierro: Sí, pero con matices. Los garbanzos y los frijoles también son una buena fuente de hierro al igual que los alimentos proteicos de origen animal como la carne, el pescado o los huevos.
Si se hace la combinación perfecta se podría reducir el consumo de carne, que es excesiva en la sociedad actual.
El problema de las legumbres es que carecen de aminoácidos azufrados, de ahí que sea necesario complementarlas con un cereal. Para ello la nutricionista recomienda consumir lentejas con arroz o garbanzos y siempre combinado con verduras.
Se recomienda además acompañar las legumbres con una ensalada aliñada con aceite y limón y, de postre, una fruta rica en vitamina C (naranja, mandarinas, frutillas, kiwi), ya que ayudan a absorber el hierro de origen vegetal.

7. Los productos integrales y lights son más saludables: Pueden tener un aporte ligeramente inferior al refinado, pero nada significativo. Lo que sí importa es que los integrales son más nutritivos, ya que aportan más vitaminas y minerales porque no se les ha retirado el germen y poseen fibra pues mantienen el salvado y esa fibra tiene un poder saciante muy importante que puede ayudar en la pérdida de peso.

8. Mejor los alimentos frescos que los congelados: Otra creencia falsa. Lo ideal sería acudir todos los días al mercado y comprar justo lo que se va a consumir ese día, pero esto es imposible por el ritmo de vida actual.
Se recomienda consumir productos congelados como la verdura o el pescado. Lo fresco y natural no es necesariamente mejor. Entre el brócoli fresco y el ultracongelado, por ejemplo, no hay diferencias.

9. Los alimentos pueden ayudar a tratar enfermedades o tienen propiedades afrodisíacas: Es cierto que hay algunos productos que influyen en las hormonas.
Un ejemplo son las isoflavonas de la soya, que juegan un rol beneficioso en la obesidad y la diabetes y son recomendables en la etapa de la menopausia de la mujer, pero en la mayoría de casos no es más que un placebo. Ni las ostras son afrodisiacas ni las bayas de Acai, son un perfecto antiinflamatorio.
Sobre si es bueno o no consumir probióticos para el sistema inmune, es un asunto controvertido: “Aunque consumir yogures sí está dentro de una dieta equilibrada, generalmente las marcas exageran las propiedades de sus productos y la verdad es que no son milagrosos.

10. El pan engorda

Cuando alguien inicia una dieta sin supervisión médica lo primero que elimina es el pan y esto es un grave error, se trata de un alimento indispensable que en aporta hidratos de carbono complejos. Como siempre, lo que marca qué engorda y qué no es el consumo excesivo. 

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