Son
muy pocos los que saben conservar la libertad en medio de las riquezas
materiales.
Casi
siempre las personas más ricas son las más esclavas.
Creen
que poseen, pero son poseídas. Sacrifican por dinero su paz interior, su
tranquilidad, sus relaciones y su misma vida.
Por eso es tan importante crecer en
desapego y en generosidad. El desapego nos hace libres en el amor. Sabes vivir cuando sabes
compartir y le dedicas al espíritu lo mejor de tu vida y de tu ser.
¡Pobres aquellos que son poseídos por lo que tienen!
"Haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde los ladrones no minan ni hurtan. Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas". Mateo 6: 20-21.
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