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CLAVES PARA DORMIR BIEN



Descansar menos deteriora tu calidad de vida, reduce tu productividad laboral y aumenta el riesgo de sufrir problemas físicos y psicológicos y accidentes de tráfico, laborales y domésticos.

Nadie puede aguantar más de 48 horas seguidas sin dormir nada.

Dormir es tan importante para la salud, que podrías morir por falta de sueño antes que por falta de alimento.

Los cambios del sueño afectan al sistema respiratorio y al cardiovascular.

La mortalidad es más alta en quienes duermen muy pocas horas.

Más del 30% de los adultos sufre alteraciones del sueño; las más frecuentes son el insomnio, el sonambulismo y la excesiva somnolencia durante el día.

No existe un número ideal de horas de sueño; a algunas personas les bastan cinco horas para sentirse descansadas y otras necesitan el doble de tiempo.

El ritmo biológico se rige por la luz solar y el sueño se sincroniza con la oscuridad.

El sueño no es una etapa inactiva de reposo, sino un estado de gran actividad, donde se llevan a cabo cambios hormonales, metabólicos, térmicos, bioquímicos, mentales y de memoria, fundamentales para tu funcionamiento durante el día”.

 “No hay duda de que la calidad del sueño influye en la calidad de vida”

Consejos:

Evita el sedentarismo. Acuéstate cansado mental y físicamente.

Haz ejercicio unas horas antes de dormir, pero nunca poco antes. El sexo también es un excelente incitador del sueño.

Apaga tu cabeza agitada. Antes de cerrar los ojos, siéntate en la cama y mantén una respiración lenta y profunda. Haz 40 respiraciones, inhalando y exhalando por la nariz. Es un buen recurso para calmar tu mente inquieta.

Cuida los últimos pensamientos. Vete a la cama libre de preocupaciones, miedos, tensiones o pensamientos negativos que influyan en la calidad del sueño. Para lograrlo, en vez de ver televisión, mantén una conversación relajante, escucha música suave o lee algo tranquilo.

Duerme en una habitación bien ventilada, pero evita el exceso de frío.

Elimina del ambiente cualquier molestia como ruidos o exceso de luz.

Es muy importante dormir en un colchón adecuado.

No te acuestes con hambre, ni después de una comida muy pesada.

Cena dos horas antes de irte a dormir.

No consumas café, té, refresco, alcohol, tabaco ni cacao antes de dormir.

Evita las discusiones antes de acostarte.

No te lleves los problemas a la cama.

Practica ejercicio moderado.

Antes de dormir, ve desacelerando tu actividad, no hagas tareas que requieran mucha concentración, ni trabajes hasta última hora.

Mantén horarios regulares de alimento, ejercicio y sueño.

Evita las siestas o no las hagas de más de media hora.

Acostándonos y levantándonos a la misma hora cada día.

Ropa cómoda para ir a la cama, sin botones, con materiales transpirables, que nos permitan movernos durante el sueño.

Un baño caliente con manzanilla y algunas sales nos calman y preparan al cuerpo para el descanso.
Tome una exposición adecuada a la luz solar durante el día.

No pases mucho tiempo en la cama.

Si no te puedes dormir en 20 ó 30 minutos, sal de la cama y ve a otra parte a leer algo o a hacer algo relajante. Mirar televisión y usar la computadora pueden promover los problemas del sueño, aunque hay quienes encuentran relajación mirando televisión.

Vacíe la vejiga antes de acostarse. No ingiera mucho líquido en la noche.

Si tienes un televisor en el dormitorio, sácalo.

Sólo ve al dormitorio cuando tengas sueño.

Música relajante, al ponerla a un volumen bajo tranquiliza la mente.

Realice rituales antes de irse a la cama (cepillar los dientes, lavarse,...).  Un baño caliente antes de acostarse le ayudará a relajarse.

Si tenemos suerte, antes de ir a la cama podemos pedir que nos hagan un masaje (da placer y alivia el cuerpo).

Pregunte al médico si alguna de las medicinas que está tomando podrían mantenerle despierto y, si es así, si puede sustituirla por otra.

Si alguna vez utiliza medicinas para dormir, intente que sea por un tiempo limitado.  Si este tiempo se prolonga por alguna razón, descanse alguno de los días de la semana.

Según la OMS sólo el 10% de quienes sufren insomnio acude a consulta médica, y únicamente el 5% es correctamente diagnosticado.

Cuando sufres insomnio, durante el día te sientes cansada, somnolienta, de mal humor y con dificultad para concentrarte. Pero además tienes más probabilidades de padecer depresión, ansiedad, hipertensión y enfermedades crónicas.


NOTA: SIGA LOS CONSEJOS DE SU MÉDICO.

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