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VICENTE FERRER


Vicente Ferrer nace en Barcelona (España) el 9 de abril de 1920. Durante su juventud, entra a formar parte de la Compañía de Jesús con la ilusión de cumplir su mayor deseo y vocación: Ayudar y servir a los demás.
Con sólo 16 años es llamado a filas republicanas en la Guerra Civil, donde participó en la Batalla del Ebro, aunque siempre aseguró que «nunca disparé un tiro». Tras ello comienza los estudios de Derecho, que abandona para unirse a la Compañía de Jesús.
En 1952 llega a Bombay con el objetivo de finalizar su formación espiritual. Pero la pobreza de la que es testigo le lleva por otros derroteros. La India se convertiría en su hogar y ayudar a los más desfavorecidos en su misión.
La vida de Ferrer parece sacada de una novela francesa del siglo XIX. Para completar su formación espiritual, como misionero jesuita, mantiene su primer contacto con la India.
A partir de ese momento, dedicará el resto de su vida a trabajar para erradicar el sufrimiento de los más pobres de ese país.
Lamentablemente, su labor genera suspicacias entre los sectores dirigentes, que ven en él una amenaza a sus intereses y consiguen una orden para expulsarle del país.
En 1968 es expulsado del país. El detonante fue un reportaje en la revista de mayor difusión titulado «La revolución silenciosa».
Ante este hecho, más de 30.000 campesinos, secundados por intelectuales, políticos y líderes religiosos, se movilizan en una marcha de 250km para protestar por la orden de expulsión.
En una entrevista con Vicente Ferrer, la entonces primera ministra Indira Gandhi reconoce su gran labor, comprometiéndose a buscar una solución y enviando este telegrama: "El padre Vicente Ferrer se irá al extranjero para unas cortas vacaciones y será bien recibido otra vez en la India."
En 1969, vuelve a la India y se instala en Anantapur (Andhra Pradesh), uno de los distritos más pobres del país, para continuar su lucha por los más desfavorecidos.
No fue bien recibido. Solo Andhra Pradesh le acogió. En las paredes de Anantapur se leía: «Ferrer vete». Pero no se fue ni se rindió. En 1970 abandona la Compañía de Jesús y se casa con la periodista británica Anne Perry.
Ese mismo año crea junto a quien será su futura esposa, unos meses más tarde, la Fundación Vicente Ferrer.
Hoy la casa donde colgaba aquel cartel es el cuartel general de la Fundación Vicente Ferrer.
Comenzó con seis voluntarios. Hoy son 1.800 trabajadores.
Apadrina 135.000 niños, 2,5 millones de personas se benefician de su labor -el distrito acoge una población de cuatro millones- en 2.000 pueblos
En España 150.000 personan colaboran con la Fundación Vicente Ferrer. Es el trabajo de cinco décadas. Un trabajo que entre otros reconocimientos le valió el Príncipe de Asturias de la Concordia en 1998.
. Varios millones de personas saben leer y escribir, tienen acceso a sanidad y viviendas dignas, gracias a Vicente Ferrer. Tienen un futuro donde no lo había en un país marcado por un sistema de castas que perpetúa las injusticias sociales. Después de todo, el milagro quizás fue el mismo: Vicente Ferrer.
” Vicente Ferrer fallecía a las 1:15 del 19 de junio en su domicilio en Anantapur (India), a causa de un agravamiento de los problemas respiratorios y cardiacos que venía sufriendo en los últimos meses.
Pero lo importante de Vicente Ferrer no es su muerte. Lo que importa es su vida. Una vida ejemplar que continuará a través de la Fundación Vicente Ferrer.
Una vida de trabajo dedicada durante cincuenta años a trabajar y servir a los seres humanos más pobres de la India.

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